Nos complace informaros que hoy, los que hemos pasado por el Centro, hemos visto con gran agrado, a los señores albañiles, en plena faena, picando el muro que divide las pistas deportivas del patio, que presentaba un avanzado estado de deterioro, evidente y consolidado por el paso del tiempo. Esperamos que los señores albañiles nos reparen todos y cada uno de los desperfectos, que no son pocos, y todo ello con la menor interferencia en la actividad escolar diaria.
Si "la cara es el espejo del alma", esperemos que tras estas obras el "alma" del Centro Madre de la Luz, nos muestre una cara muy diferente en todos los sentidos a la actual.
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