Una familia tenía un caballo al que dejaba libre por el campo. Un día el caballo se cayó a un pozo.
Como el pozo era profundo y el caballo muy viejo, decidieron, con increíble crueldad, no tomarse la molestia de sacarlo.
Comenzaron a echar tierra sobre él.
Cuando el caballo sintió la tierra sobre sus lomos, lejos de quedarse quieto y maldecir su suerte, se sacudió la tierra con fuerza, de manera que cayó a sus pies. Subió el nivel del suelo. Le siguieron echando tierra y el caballo repitió una y otra vez el gesto enérgico. El nivel del suelo fue subiendo. Le echaron tanta tierra que el caballo salió trotando en libertad.
La tierra con la que pensaban sepultarlo se convirtió en el peldaño de la liberación.
Del blog de Miguel Angel Santos Guerra
Entrada efectuada por Salvador Pérez
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