19/6/08

EL MAESTRO SUFÍ

El maestro sufí contaba siempre una historia al terminar la clase, pero los alumnos no siempre entendían el significado.
-Maestro, lo encaró uno de ellos una tarde, usted nos cuenta los cuentos, pero no nos explica su significado.

-Pido perdón por eso, se disculpó el maestro, permíteme que en señal de reparación te invite a comer un rico melocotón.
-Gracias, maestro, respondió halagado el discípulo.
-Quisiera para agasajarte, pelar el melocotón yo mismo. ¿Me lo permites?
-Sí, muchas gracias, dijo el alumno.

-¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que sea más fácil comerlo?
-Me encantaría. Pero no quisiera abusar de su generosidad, maestro.
-No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte…. Permíteme también que lo mastique antes de dártelo.

-No, maestro. No me gustaría que hiciera eso, se quejó sorprendido el alumno.
El maestro hizo una pausa:
-Si yo os explico el sentido de cada cuento, sería como daros a comer una fruta masticada.

No hay comentarios: